DESCUBRIENDO EL PROPIO SON

CREANDO SOLES nació en respuesta a un sentimiento interno.


sábado, 19 de abril de 2014

EN CLAVE DE SONIDO III : LA PLUMA

LA PLUMA, EJE DEL SONIDO

 Todo este artículo, empezó con un dibujo, y para  poder comprenderlo, tire y tire del hilo, hasta encontrar respuestas, en esta búsqueda me tope con distintas expresiones, que provenían de muchas culturas y personas, y todas decían lo mismo:




Mahoma: “la tinta del erudito, es mas santa que la sangre del mártir
Eurípides: “la lengua es mas poderosa que la espada”       
William Shakespeare: “muchos que llevan estoque, temen a las plumas del Ganso”
Thomas Jefferson, el 19 de junio de 1792, envió una carta a Thomas Paine donde decía: “Continúa haciendo con tu pluma lo que en otros tiempos se hacía con la espada”
Napoleón Bonaparte (1769-1821), dijo: “Cuatro periódicos hostiles son más de temer que mil bayonetas”.
El Libro de Mormón, publicado en 1830 por Joseph Smith, Jr, incluye este texto: “la palabra tenía una mayor tendencia a llevar la gente a hacer lo que era justo, sí, tuvo un efecto más potente en la mente del pueblo que la espada”.

En muchos textos antiguos y algunos más recientes, se habla del poder de la pluma frente a la espada.

Bajo mi comprensión, la pluma es el símbolo de la espada una vez trascendida.

La pluma, entendida como la expresión del verbo sagrado, la palabra hecha acción. Expresar la Verdad del Corazón, cuando se comunica desde el punto equilibrio. Proclamando el Amor universal, en su estado mas puro.

El sonido, no son solo los cantos, la escuha o la comprensión. También representa la comunicación con nuestros hermanos, el habla, la palabra y la expresión en si.

Y buscando la simbología de la pluma, todo encajó:



 MA'AT I LA PLUMA DE LA VERDAD

“Yo haré circular la verdad-justicia en la barca celeste de mi vida, estableciendo las jerarquías divinas en mi corazón, para millones de años, yo triunfare en medio de ellas”

Diosa de la justicia, la verdad, el orden, EL EQUILIBRIO Y LA HARMONIA tanto cósmico como político y social. Es una diosa fundamental en el gobernar de los faraones como suprema guardiana del orden universal.

Protectora de los jueces, que eran sus seguidores. 
El jeroglífico que la representa es una pluma de avestruz, vertical, en perfecto equilibrio.
 Este símbolo aparece en la representación del Juicio de Osiris, el momento en que se pesaba en una balanza de dos platos el Ib (conciencia) del difunto, en uno se depositaba el corazón del difunto (símbolo de su conciencia) y en el otro aparecía el jeroglífico Maat o la pluma de la verdad (símbolo de la armonía y justicia universal). Si aquel pesaba igual que el segundo, el fallecido lograba su estancia eterna en el Más Allá. Si no, Ammyt lo devoraba. También se la conoce como Mayet.
La Sala de las Dos Verdades, donde esto ocurría, fue llamada así por las frecuentes apariciones de Maat como dos diosas idénticas. En un pasaje de los Textos de los Sarcófagos, donde el demiurgo cuenta lo que pasó antes de la creación, el océano primordial le dijo:

 "Respira a tu hija Maat y acércala a tu nariz para que tu corazón viva";

En este sentido, Maat es casi consustancial al aire, es la Norma que regirá la regularidad de los fenómenos cósmicos, las reglas sociales y el respeto que se les debe.
Servía de guía del dios Solar Ra, de quien es considerada hija, en su camino por el cielo; iba detrás de su padre en la barca que le llevaba cada noche hasta el mundo subterráneo.

Posteriormente se la hizo esposa de Ra y a partir de la XVIII Dinastia, la pareja real pasa a compararse con Ra y Ma’at, cuya unión es la garantía del funcionamiento justo del mundo.
Representada como mujer de pie o sentada sobre sus talones, con una gran pluma de avestruz en la cabeza, el cetro en una mano y el anj en la otra; en algunas ocasiones aparece con un par de alas junto a sus brazos."

Mi profesor de canto, nos decía que para imaginarnos nuestro eje, colocáramos un palo de escoba, detrás de la espalda y nos pusiéramos bien rectos.

Nuestro eje es la columna vertebral, y cuando estamos en equilibrio, nos sostiene bien firmes y enraizados a la tierra, dispuestos a elevar el sonido hacia la cúpula de la cabeza.

Vamos a colocar una pluma, en nuestra columna vertebral. La pluma tiene la cualidad de percibir lo sutil, expandir el aire y mantener el eje en cualquier circunstancia ya que  fluye, es moldeable, y se adapta fácilmente.

Uniéndonos y fundiendo la pluma, convirtiéndola en eje central del cuerpo, adquirimos las mismas aptitudes que identifican a Ma’at. Siempre que la balanza del equilibrio interno se mantenga en el punto 0.

Así Voluntad, Equilibrio, Harmonía y Justicia, van de nuestra mano, allí donde nuestra conciencia reina.

La pluma nos concede la posibilidad de abrir las alas del corazón y alzar el vuelo.

Para abrir el diafragma y expresar desde el corazón; proyectar el sonido hacia afuera, precisamos del impulso de la pluma que desde nuestra raíz, mueve el aire hacia arriba, y lo expande.

¿Te atreves a alzar el vuelo?

Este es el dibujo que me enseño el eje de equilibrio, y la expresión del canto, luz del alma, expandiendo para el mundo.







Esto es lo que escribí, acompañando el dibujo:

A ti que hablas en el día y cuentas historias olvidadas, para que tus hijos y doncellas vuelvan al sendero de Kepra, preservando el camino de sus vidas.

A ti quien oficias el alba y recorres los mundos internos, mostrando la luz del espíritu en cada Ser.

Tú que cantas la melodía del mundo y acunas las almas perdidas, abrazando a través del umbral de la existencia; el anillo en espiral que se eleva hacia el cielo.

Creando la percepción amplificada del todo, nos enseñas la simplicidad de lo oculto y sencillo.

Cuando escondes el calor del día, y Nut alza el manto estelar, los susurros de lo aprendido despiertan. Se organiza la sabiduría interior, aprovechando el reposo del cuerpo.

Y con voz sutil canta la luna su canción, abriendo las páginas de la historia interminable que relata el origen de toda la creación.

Cómo chispas de estrellas en la Vía Láctea, las palabras circulan en el rio de la vida, acercándose en los sueños, más claros, más conscientes.

Y ya vuelve a empezar el ciclo, en un instante, el Sol naciente, revela la claridad dormida, abre la luz de tus ojos, canta a la virtud de un nuevo día.


 









jueves, 17 de abril de 2014

EN CLAVE DE SONIDO II: LA ESCUCHA

Desde el inicio de los tiempos, los seres humanos, hemos utilizado el sonido, en ceremonias, rituales, en las rutinas de la vida diaria. A través de instrumentos, imitando el canto de los animales, reproduciendo el sonido del agua, el viento....

Lo utilizamos para cultivar, preparar la comida, llamar a la lluvia, a los elementos: agua, tierra, fuego aire, y conectarnos con la Tierra y el Cielo.




El sonido nos envuelve , es uno de los vehículos de comunicación principales, para expresar  aquello que somos, todo lo que nuestra alma, siente, intuye y crea.



Pero para poder conectar con el Sonido en sí mismo, lo primero que tenemos que hacer, es aprender a escuchar.

Y para aprender a escuchar, necesitamos: la atención: crear las condiciones necesarias para “estar alerta” a cada instante, la concentración: es el tiempo que podemos estar centrados para comprender el mensaje. El tiempo que podemos permanecer con “nuestra antena” conectada a la misma "onda de radio”; y la memoria: como la capacidad de captar el instante y estar en el momento presente. Igual que en una fotografía. Integrar


La escucha empieza por uno mismo,  la escucha interna, siguiendo las intuiciones, los mensajes de nuestro cuerpo, los órganos internos e intentando captar desde dentro, aquello que nos muestra nuestro entorno en cada momento. Que ocurre afuera.

La escucha externa: dicen que los seres humanos, estamos “faltados de verde”; aquellos que nos hemos acostumbrado a vivir en pueblos y ciudades, pisando el asfalto, no tenemos contacto con la Tierra, los bosques, los árboles…

Hemos perdido la sensibilidad, que nos permitía comunicarnos con las plantas, los animales y los espacios. Estar en contacto con la Tierra, estar conectados a la Tierra.
Y la Tierra, necesita ser escuchada.  


Antiguamente, y algunas tribus aún lo hacen, se le preguntaba a la tierra, acerca de dónde plantar, cómo crear un jardín, que cultivar. Dónde construir, qué piedras utilizar, cómo colocarlas…

La Tierra, siempre responde.


Podemos volver a crear un espacio en nuestras vidas, que nos permita volver a tener esta percepción. El primer paso, escuchar el Silencio. Y para ello, hace falta calma, parar, quietud y equilibrio.

Una de las mejores ofrendas que le podemos hacer a los bosques, las ciudades y los pueblos es cantar. Y crear una cúpula de Sonido en cualquier espacio donde queramos trabajar.

Una cúpula de sonido es un abrazo de alta vibración para un bosque, huerto, habitación, casa o cualquier edificio, o persona.


¿Cuál es la función del sonido dentro de la materia?

Imaginemos una gota que cae en un lago de agua cristalina. Esta gota, crea una onda expansiva que provoca un movimiento del agua y esa pequeña ola, repercute en todas las demás, creando una danza en el agua, hasta que regresa al equilibrio.

Esto es lo que ocurre con nuestras células, cuando el sonido atraviesa la materia. La onda que genera, crea una danza sutil en la que todas las moléculas de nuestro cuerpo participan, y este movimiento, las reestructura y devuelve al equilibrio; elevando a su vez la vibración para que puedan danzar en una frecuencia más afín, más unida, a nuestra naturaleza, a nuestro Ser.

¿Qué efectos puede tener?

Cada persona es un mundo, y está en un estado físico, emocional y mental diferente. Por lo tanto, cada individuo, reaccionara de una manera distinta.

Escuchando una melodía, podemos sentirnos, relajados, en paz, emocionados, puede despertarnos un bloqueo oculto, acercarnos pensamientos, una ensoñación consciente, o incluso nostalgia, rabia....

Lo importante es estar abiertos a que todo esto ocurra e ir liberando y soltando, todos los pensamientos, emociones, sentimientos e ideas que vayan apareciendo en nuestra mente mientras escuchamos. Una gran fuente de creatividad se puede despertar trabajando con las melodías. 

Podemos recoger y acoger todo lo nuevo.

Disfrutar de todas las reacciones que nuestro cuerpo está produciendo e ir experimentando, centrándonos en una u otra parte, órgano, o sentido del cuerpo, ¿a ver qué pasa?





viernes, 4 de abril de 2014

EN CLAVE DE SONIDO



Vivimos en un universo infinito, dónde una telaraña invisible nos envuelve a todos. Y desde el espacio más alejado en los confines de las galaxias más remotas, perciben nuestra presencia, escuchan nuestra pulsación, porque la reverberación de nuestras acciones manifestadas en la materia, mueven los hilos de cristal, tocan la melodía del mundo, de la galaxia, del universo.



En cada Ser, la pulsación, es la huella dactilar del sonido, aquello que define nuestra frecuencia, i a su vez, el “tum-tum” harmónico que permite unificarnos, danzar con el cosmos. 
Y dentro de esta inmensa partitura, donde cada planeta tiene su lugar, cada galaxia es una canción y cada estrella una melodía perfecta; la humanidad también juega su papel,  y tiene la oportunidad de componer, nuevas canciones, para la Tierra, el Sol, la galaxia, el universo… o lo que es lo mismo, nuestro cuerpo y templo.

Esta es la música de las esferas, la naturaleza equilibrada de las cosas simples.

Mucho movimiento interno estos días, ajustándonos estamos, en un adagio de la Tierra nos hallamos, y este tambaleo, hace sonar las alarmas dónde quedan restos del pasado preparados para desvanecerse, dónde se abren puertas del futuro, si elegimos correctamente.



El Sol, quien acciona el Tempo de la vía Láctea, se acelera, dándonos la oportunidad de florecer en este nuevo espacio neutro, creado para brillar en consonancia con nuestra evolución, la evolución de Gaya.

El primer paso, en esta composición, es armonizar tu pulsación, con el corazón del mundo. Escuchando su canción en cada lugar que pisen tus pies.

Déjate llevar por la intuición que desde lo más profundo de ti mismo te guía. 

Encuentra tu ángel Solar, y abre tu corazón al mundo.

Desde tu centro, enraízate y bien ancladas tus raíces, muévete despacio y pisando fuerte.

Y date cuenta de que dentro de esta partitura, de la cual formas parte, tu eres: nota, harmonía, melodía y canción… y además si te lo permites, puedes ser compositor de tu propia creación. Así que direcciona tu vida, a cada instante.



Y regresa ahora a tus raíces, conéctate con el núcleo de la Tierra, la fuente más cercana a la que puedes recurrir, y sin embargo, tantas veces olvidada por mirar siempre hacia arriba y eludir lo que hay debajo de tus pies, que en realidad, es aquello que te sostiene firme, en la superficie.

Ten en cuenta que el movimiento interno de la Tierra, es ahora mismo, mucho más grande que el que tienes en tu interior, porque se está reconectando toda una red planetaria, que se hallaba y ha permanecido, siempre oculta, hasta que sonó la campanilla del retorno, la llamada.

Y acabando de pasear,  por este espacio interno, dónde arriba y abajo son UNO y delante y detrás, UNO más. UNO-UNO : TUM-TUM ya eres la pulsación del compas. 

Transformate en un círculo completo. Eres, Luz-Sonido-Forma en sincronía, andando en la faz de la Madre Tierra.




Gracias